La lucha por la energía.
Dice un dicho de por ahí: "Guárdeme Dios de mis amigos, que de mis enemigos me cuido solo".
Están los que se anuncian y te entretienen, también generan pesar y malos ratos, pero a esos los conoces , porque te atacan de frente. Los que se anuncian vienen en forma ruda y agresiva, y vienen exactamente contra ti. Los identificas fácilmente,les molestas, no te quieren y tratarán de sacarte del medio.
En mi experiencia, la lucha ha sido despareja, desigual; pues mis creencias y patrones de conducta, mis hábitos y el formato inculcado me generaron debilidad. Muy lejos estaba de ser un guerrero pronto para la lucha. No sabía que tendría que defenderme, no había sido entrenada para ello, y tenía un desconocimiento total al respecto.
Del otro lado, también aparecen los otros, esos de los que no desconfías en principio. Pero una parte de ti te avisa, te dice que algo no está del todo bien. Que son agresivos con otros, que su energía es densa y te genera desequilibrios. Pero, a esos los apañas,parte del formato inculcado te habla de sus experiencias difíciles, de una infancia dura y solitaria, de un ser que se crió casi solo, sin afectos ni guía,sin cuidados, casi abandonados a su propia suerte. Y te apiadas por tanto dolor y comprendes como se generó ese ser y también comprendes sus reacciones. Y no eres capaz de ver, que es como acariciar a un animal salvaje, que con suerte solo morderá la mano. Nunca crees que te dañarán a ti, por ello, los dejas avanzar. Conocen una parte de ti, que solo les es posible a los que están muy cerca, allí se adueñan de alguna de tus debilidades y es a través de ellas que te encantarán. Si, te encantarán porque quedarás en un estado de hipnosis donde nada te cuestionas.
Ellos avanzan y tu vida comienza a desequilibrarse cuando están cerca, no tienes paz. Comienzas a perder la risa, el dinero, el trabajo, el tiempo... te resguardas y pareces reconfortarte. Aparece el ataque nuevamente y sientes que no puedes salir de ello, tu compromiso y lealtad te lo impiden. No sabes como obrar, te quedas sin ideas, pareces tonto o torpe. Estás confundido, no sabes hacia donde ir. Te deprimes, se agotó la energía.
Cuando ya ha sucedido un par de veces la historia de los desalmados o depredadores de energía, te niegas a abandonar la lucha así sin más. Sabes que lo mejor es huir en retirada y salvar lo que queda, pero una parte de ti confía en dar una estocada final y terminar con el depredador. Por un tiempo esa idea de venganza puede parecer algo posible. Lo importante es que sepas que aún desconoces todas sus artimañas. No eres de mismo sitio que ellos. No tiene igual constitución, aunque biológicamente sí eres igual. Las cualidades humanas de sensibilidad y empatía son solo tuyas, ellos solo copian e imitan , y lo sabes. Los has pescado en contradicciones enormes, sin que cambien el gesto o se ruboricen.
La venganza es una quimera, la estrategia debe ser lo suficientemente buena como para zafar y eliminar uno a uno a los depredadores de energía.
Ellos avanzan y tu vida comienza a desequilibrarse cuando están cerca, no tienes paz. Comienzas a perder la risa, el dinero, el trabajo, el tiempo... te resguardas y pareces reconfortarte. Aparece el ataque nuevamente y sientes que no puedes salir de ello, tu compromiso y lealtad te lo impiden. No sabes como obrar, te quedas sin ideas, pareces tonto o torpe. Estás confundido, no sabes hacia donde ir. Te deprimes, se agotó la energía.
Cuando ya ha sucedido un par de veces la historia de los desalmados o depredadores de energía, te niegas a abandonar la lucha así sin más. Sabes que lo mejor es huir en retirada y salvar lo que queda, pero una parte de ti confía en dar una estocada final y terminar con el depredador. Por un tiempo esa idea de venganza puede parecer algo posible. Lo importante es que sepas que aún desconoces todas sus artimañas. No eres de mismo sitio que ellos. No tiene igual constitución, aunque biológicamente sí eres igual. Las cualidades humanas de sensibilidad y empatía son solo tuyas, ellos solo copian e imitan , y lo sabes. Los has pescado en contradicciones enormes, sin que cambien el gesto o se ruboricen.
La venganza es una quimera, la estrategia debe ser lo suficientemente buena como para zafar y eliminar uno a uno a los depredadores de energía.